La responsabilidad es un valor ético, moral e intransferible, es decir, es el compromiso individual de responder por una acción, acto o decisión, en la cual, no podemos culpar a los demás por nuestros desaciertos.

En otras palabras, cuando se nos otorga la tarea de cumplir con una actividad en específico, estamos en la potestad de delegar funciones si la carga es grande; sin embargo, el éxito o fracaso recae directamente en la persona a quien le fue asignada y no a terceros.

Este concepto nos lo enseñan desde pequeños y a medida que vamos creciendo va tomando más relevancia en nuestras vidas porque una persona responsable consigo misma es capaz de llevar una vida en armonía.

Dicho esto, podemos aseverar que aprender a ser responsable es sin duda la base de la excelencia.

Asimismo, ser responsables es difícil o fácil según la determinación de cada individuo, puesto que para cumplir con ello solo debemos llevar a cabo ciertos hábitos, como por ejemplo: llegar a la hora acordada, cuidar nuestra salud, si eres papá o mamá revisando la tarea de tus hijos, teniendo los pagos de los servicios al día, respetando las normas de tránsito, entre otros.

Qué es la responsabilidad en la sociedad

La responsabilidad en la sociedad es el conjunto de decisiones y actitudes que tendemos a hacer en pro de los demás, igualmente, cuando vemos más allá de los intereses propios y trabajamos en equipo.

Ser responsables en la sociedad es tan importante que al ponerlo en práctica somos conscientes del alcance de cada acción que tomamos, por ende, analizamos y debatimos antes de ejecutarlos.

En este sentido, somos responsables cuando contribuimos al crecimiento de nuestra comunidad y este peculiar acontecimiento, se vuelve característico de una población en el mundo entero.

Es probable que hayas escuchado cuando una persona da una recomendación y dicen por ejemplo. “En este lugar son extremadamente puntuales” y con los ojos cerrados te aseguran que te gustará su atención, lo mismo pasa con los negocios, la política y en cada una de las áreas donde nos desarrollemos.

El acto de ser responsables abre un sin fin de oportunidades tanto para la evolución de la persona como para la expansión económica de un país.

Por último, recordemos que la suma de pequeñas acciones llega a ser de gran impacto a futuro, en consecuencia, no debemos pensar en cambiar el mundo sino nuestro entorno y el resto lo verás cambiar a través del efecto en cadena.