La ética y la responsabilidad social deben ser elementos que se apliquen por añadidura en todas las empresas. Si bien, la responsabilidad social está presente en casi todas, porque se trata de beneficiar a la comunidad a través de las actividades que realiza, la ética cuesta un poco más, porque se trata de un fin individual y muy personal, depende de cada quien y no todas las personas tienen ese valor como bandera.

Si tienes una empresa, el primero que debe tener estos valores debes ser tú. Demostrar con ejemplos siempre genera resultados positivos, más aún cuando hablamos en estos términos. Imagínate exigirle a tus trabajadores que sean éticos en sus labores, pero te encanta asistir a las reuniones y hablar con voz más alta que los demás, para expresar opiniones sin ser solicitadas.

¿Por qué la ética y la responsabilidad social son términos que van en conjunto?

La educación debe venir desde casa. Es decir, si normalmente eres una persona responsable, que se preocupa por los demás, que siente empatía, que desea otorgarle un bien a la comunidad, y que ejecuta sus actividades profesionales bajo los estándares establecidos, automáticamente aplicarás estos valores en tu propia empresa o en cualquiera, en la cual seas empleado y créeme: los resultados serán maravillosos.

La importancia de ser una persona que impulse la ética empresarial radica en que se genera una credibilidad ante el público, porque siempre estarás ocupado en cumplir con las normativas empresariales y personales. Así también, generarás credibilidad entre los empleados, porque son los que te ven de cerca y entienden que eres una persona ética y responsable.

Estos valores se relacionan directamente con la moralidad. Por esto insisto en que para ser una persona con ética y responsabilidad, debes traerlos desde atrás, debes estar educado en base a esto. Sin embargo, no creas que por haber estado sumergido en un ambiente en el que había falencia de los mismos, tienes la excusa de no aplicarlos en tu vida, puesto que el sentido común debe decirte cómo se hacen las cosas bien.

Es mentira que en los negocios no siempre se lleva la moralidad por delante, porque a veces hay que aplicar la picardía para lograr resultados económicos positivos. Puede que lo logres de esa manera, pero luego verás sus consecuencias negativas. Nada que esté hecho bajo estándares que no van acordes a la ética, puede generar resultados positivos ni crecimiento.