A menudo  es común escuchar a las personas opinar con pasión y fervor sobre lo que hacen mal los políticos, empresarios, jefes, padres, pareja, entre otros pero muy poco sale a relucir relucir en una conversación cuál sería la manera correcta de contribuir a la mejora de nuestro hermoso país, de nuestra empresa, relación familiar o el tema que sea. En estos debates, muchas son las visiones de distintos roles; algunos opinan que el crecimiento económico, otros opinan que, a través del aumento de la maquinaria de los recursos, mientras el resto solamente se limitan refutar cualquier propuesta planteada por otro.

Sin embargo, centraré mi opinión desde el punto de vista empresarial y económico, ya que muchas veces gracias a la modernización y la falta de visión panorámica de nuestro contexto nacional, podemos llegar a olvidar un pilar fundamental que puede llegar a ser partícipe del crecimiento nacional: La acción social.

Las empresas, indiferentemente de su posición específica en el mercado, suelen ser maquinaria de desarrollo económico; estas, de una u otra manera, generan empleos, desarrollan la economía y fluctúan de una u otra manera la curvatura económica del mercado.

Ahora, sin importar cuanto desarrollo económico estas potencien dentro del territorio, las cifras de un país no pueden traducirse a todos los estratos de la sociedad, a menos que estas estén direccionadas en proyectos destinados al mejoramiento del entorno no solo físico sino también psicosocial de sus habitantes.

Es importante que entendamos que el crecimiento de cada uno de los individuos que conforman a un país, más que un gasto resulta una inversión segura en el futuro desarrollo, asegurando que, si se posee un medio ambiente saludable, un entorno seguro y una población preparada a nivel moral y educacional, eventualmente la fuerza obrera estará compuesta por un conjunto mucho más preparado, que produzca más y mejor en pro de la nación.  

¿Cuál debe ser la estructura de los proyectos sociales empresariales?

El diseño de una acción de responsabilidad social empresarial, deberá siempre estar enfocada en dar respuesta a las necesidades principales de las comunidades aledañas a la empresa.

Empresas como Lufussa y el grupo Luz y Fuerza, han entendido durante años la importancia de poder mantener este tipo de acciones en constante aplicación. Y es que, a través de sus donaciones a los centros educativos hondureños, y la aplicación de campañas de preservación del medio ambiente como #CapacidadDeSalvarme, se ha logrado establecer una respuesta razonable a las necesidades de su entorno.

Es de vital importancia que entendamos que la respuesta a una necesidad comunal deberá siempre ser estudiada, y que los proyectos a realizar servirán no solo como una mejora en la calidad de nuestro entorno, sino también como una medicina al espíritu, que nos mantendrá saludables mientras sepamos que por sobre todo, estamos haciendo el bien.