Cuando hablamos de ética, indiscutiblemente entran en la conversación, las valores morales y una serie de códigos sociales que nadie define como tal, pero que todos parecen cumplir ante la sociedad. Aunque el mundo de los negocios, es indiscutiblemente, otro mundo, con sus propios códigos de conducta y manera de llevarse, se aplican los mismos conceptos y valores morales con una rigurosidad especial, ya que infringir este código puede costarte el exito en tu empresa y la reputación de tu marca.

Esos valores que denominamos “empresariales” se vean reflejados en nuestra gestión de negocios y en el trato que proporcionamos al personal que labora en nuestra organización. Deben verse reflejados en todos los sentidos y no sólo en el papel que tienes pegado en la entrada de tu empresa, de manera que exista coherencia con la idea que quieres vender y la forma en lo ejecutas. Y eso parte desde adentro. Vemos cómo:

Valores empresariales que deben estar presentes en toda organización

Respeto a sus empleados: Para que los empleados se sientan a gusto y estén motivados en una empresa, ésta  debe tratarlos con respeto y ofrecerles todas las facilidades posibles, tanto para el desempeño de su trabajo, como para su crecimiento personal y laboral.

Responsabilidad social: Toda empresa debería contribuir, de alguna manera, a mejorar las condiciones de vida en la comunidad donde está ubicada, impulsando iniciativas que contribuyan positivamente a la vida de quienes les rodean.

Transparencia y honestidad: Son imprescindibles para que una empresa pueda alcanzar una buena reputación. La empresa tiene la obligación de ser honesta con sus clientes, proveedores y competencia, lo cual se debe reflejar en la presentación de cuentas económicas periódicas y accesibles.

Máxima calidad como meta: La finalidad de toda empresa debe ser ofrecer un producto o servicio de calidad y al precio posible. Por lo que los procesos productivos y la operativa de la empresa deben ser óptimos.

Capacidad de análisis y autocrítica: Uno de los grandes errores de las empresas es pensar que siempre tienen razón y su estrategia es la adecuada. Esto se puede remediar realizando análisis periódicamente para determinar fortalezas y debilidades.  La clave es la autocrítica como valor dentro de la compañía.

Aprendizaje y adaptabilidad: El aprendizaje constante sirve tanto al personal que labora en la empresa, como a quienes la dirigen, ya que se hace indispensable adaptarse a los futuros cambios.

Constancia: es uno de los más importantes  valores empresariales que la compañía debe inculcar a los empleados, la cual se ve reflejada en los resultados, que redundan en beneficios tanto personales como para la empresa. Esto reforzaría su sentimiento de identificación con la organización.

Cuando tenemos claros los valores empresariales que deben prevalecer en nuestro proyecto de negocios, entonces podemos practicarlos y elaborar nuestro código de ética, y seremos no sólo empresarios, sino auténticos líderes capaces de obtener el éxito sin comprometer nuestros principios.