Realmente ha sido un año complicado, pero también, esta calamidad de escala universal, ha unido más a las familias, en mayor o menor grado, y ahora, quizás después de haberlo olvidado, muchos jóvenes comienzan a darse cuenta de la importancia de los valores familiares. La verdad es que pocos se dan cuenta, cuando leen la prensa de todos los días, que anuncia sobre centenares de empresas que se han ido a la quiebra, de la saturación de nuestra sanidad pública, ya al límite, de muertes y más fallecidos por la enfermedad producto del coronavirus, que la familia parece la única institución sólida en estos tiempos.
De qué hablamos cuando hablamos de valores familiares
Los valores familiares deben pasar de ser factores que solo interesan a los adultos mayores y a unas pocas familias, para volverse referente central en la sociedad de hoy y ejemplo para nuestros jóvenes. Porque cuando hablamos de valores en la familia estamos hablando de ciudadanía; una necesaria para que nuestra civilidad y convivencia social sea viable, prevaleciendo el respeto hacia nuestros prójimos.
¿Y qué mejor época del año para fomentar estos valores, que la temporada navideña, en que celebramos la vida de Jésus, quien se sacrificó por nosotros? En esta época es muy importante que inculquemos a nuestros hijos, nietos, a los más jóvenes, valores como la generosidad, la gratitud y el respeto.
La generosidad
Es uno de los pilares importantes dentro de toda familia, pero también de toda organización humana, porque cuando somos generosos estamos haciendo el bien, estamos dando a quien más lo necesita, y de esta forma estamos siendo a su vez menos egoístas.
Compartir y regalar, obsequiar, brindar ayudar a los demás, son actitudes que debemos fomentar en estas navidades.
La gratitud
Entendida como otra de esas columnas que sostienen nuestro piso familiar pero también el social, porque aprendemos a valorar el esfuerzo que hacen los demás, que hace cada hermano, para el bien común. Este fin de año, en que estaremos todos en familia, física o virtualmente, pensemos en todo lo que han hecho los demás para que podamos estar ese día, sentados a la mesa con nuestros seres queridos, y agradezcamos con humildad.
El respeto
Que no es menos importante que los demás valores familiares. Por eso esta navidad sentémonos a la mesa a compartir con nuestros mayores, con nuestros abuelos -si están vivos aún- escuchemoslos con respeto.
Los más jóvenes a veces se olvidan que pueden aprender mucho del consejo de los adultos, incluso más que en la universidad. Respetar a los adultos mayores, respetar las ideas que no compartimos, respetar la jerarquía familiar, siempre necesaria, es también respetar la institución familiar y la conformación de nuestra sociedad.
Así que, querido lector, te exhorto a que en estas navidades, junto a los tuyos, junto a tus seres queridos, recordemos la importancia de los valores familiares y la pertinencia que han tenido para sobrellevar un año calamitoso, y que siempre, con la ayuda y la unión familiar, podremos superar cualquier adversidad.